La organización es un reto cada año
“La Challenge para nosotros es, desde el comienzo, un reto. Ahora con la participación y la entrada de Anfi a trabajar con nosotros, tratando que la nueva sede se mantenga en Mogán, también es un nuevo reto y lo hacemos para mejorar. Tratamos que la carrera suba de nivel, tanto a nivel participativo como a nivel de organización. Además, tener el apoyo de estos ciclistas internacionales es tremendo”.
Un clima atractivo y un sello de calidad
“Creo que vienen porque es uno de los primeros triatlones de la temporada. Están deseando competir, aquí hace muy buen tiempo, llevan todo el invierno entrenando… y hay muchos ciclistas que entrenan aquí, porque esto es un paraíso para los ciclistas, y aprovechan. También es cierto que, al ser un triatlón de una marca internacional, da garantía de que está muy bien organizado. Los premios en metálico, que este año son 25.000 euros, también es un aliciente para los profesionales. Y para los no profesionales tenemos un trayecto que también es muy atractivo con este buen tiempo. La Challenge es una de las carreras más importantes del circuito europeo por todo eso junto”.
Mucho más que una carrera
“Al final este tipo de eventos se realizan, en un gran porcentaje, para ser escaparte de Gran Canaria hacia el exterior. La gente que viene a correr a los eventos de Challenge no sólo vienen por lo deportivo, sino también para entrenar. Se traen a sus familias y la isla tiene una oferta de ocio espectacular y eso hace que sea un atractivo para los deportistas y la gente que los rodea”.
Un eslogan especial
“Estamos en un momento de retos. Al final, nos movemos por objetivos y buscamos objetivos ambiciosos porque los fáciles no nos contentan. Cada uno a su nivel y cada uno a su tiempo. Primero sólo hay uno, por lo que el eslogan que buscamos fue pensando que este año había sido difícil para todos por todo lo que está ocurriendo, así que “Nadie dijo que fuera fácil” pero seguramente llegaremos al objetivo”.